La Catedral de Santiago
La Catedral de Santiago, la meta
La Catedral de Santiago forma parte del museo de arte en la calle que es todo el Camino de Santiago.
He oído a gente exclamar que el Camino es como hacer un repaso a los libros que estudió, también es un repaso al patrimonio nacional.
En los Caminos
Cualquiera de los Caminos está repleto de Capillas, iglesias, catedrales, monasterios, palacios, castillos y propiamente museos, que te mostrarán el trabajo de muchas personas en su intento por plasmar la belleza en la materia.
Si observas cuidadosamente los capiteles, las gárgolas, los adornos, se abrirá ante ti un universo de mil y un detalles que te dicen cosas.
Cada Camino tiene sus monumentos pero al final todos llegan a Compostela y allí alcanzan la catedral de Santiago, que es una de las más bellas muestras de arte, y, además, la que todos queremos alcanzar.
La Catedral de Santiago
La leyenda dice que los seguidores del Santo lo enterraron donde hoy está la Catedral. Sobre la tumba hicieron una pequeña edificación en la que rendirle culto. Era un mausoleo de dos pisos con columnas y arcos de mármol y un sarcófago con los restos de tres varones en el suelo.
Se supone que fue sobre ella donde Alfonso II mandó edificar una iglesia sencilla de piedra y barro. Hasta hoy y partiendo de esa sencilla iglesia los cambios han sido constantes pero siempre en el mismo lugar.
Alfonso III, el Magno, hizo edificar una nueva iglesia el año 899. Almanzor, un rey moro, arrasó el edificio el 11 de agosto del año 977. Humilló el recinto cuando su caballo abrevó en la iglesia y se llevó a Córdoba las campanas para usarlas como lámparas de aceite pero la leyenda dice que respetó la tumba del apóstol.
Las campanas
Cristianos presos llevaron las campanas por la Vía de la Plata a la Mezquita de Córdoba. Cuando Fernando III el Santo de Castilla reconquistó Córdoba el año 1236, doscientos sesenta años después, las campanas se devolvieron a Santiago de Compostela, a hombros de musulmanes, siguiendo el mismo camino pero a la inversa. La Vía de la Plata que hoy siguen los Peregrinos.
El obispo Diego Peláez en el siglo XI, en el año 1075, inició una nueva iglesia que ya sería una catedral. El estilo arquitectónico de ese tiempo era el románico y así se inició.
El obispo Gelmírez lo amplió hasta hacer una catedral más importante. En ella el maestro Mateo esculpió un conjunto a la entrada que forma lo que hoy conocemos como el Pórtico de la Gloria. La parte más bella de la Catedral a los ojos de la mayor parte de visitantes.
El maestro Mateo también hizo un coro de piedra del que se conserva una parte restaurada en el museo de la Catedral porque fue sustituido por uno nuevo de madera en el siglo XVI.
En el siglo XVIII se añadió la fachada y las torres barrocas.
Así en el mismo lugar y partiendo de la pequeña tumba se edificó la catedral que hoy vemos añadiendo partes de todos los estilos arquitectónicos.
Construcción y destrucción
En otros lugares ha ocurrido que al construir una nueva iglesia se comenzaba por demoler la anterior, en Compostela las decisiones fueron las de ir ampliando lo anterior respetándolo en su mayor parte, así, podemos ver muestras de todos los artes en bella armonía.
Desde la plaza del Obradoiro podemos ver la fachada barroca y la cruz que marca las puertas de entrada. Si entramos por las puertas, después de subir la escalinata estaremos en una antesala, en el pórtico de la gloria. Se opina de diversa forma sobre la posibilidad de que en algún momento se pensara que esa era la fachada románica pero lo importante es lo que vamos a ver en ella. Se requieren días para poder ver todos los detalles.
Hoy el deterioro, real y previsible, del monumento ha obligado a vallar su acceso directo, y ahora lo podemos ver pero no tocar. Aymeric Picaud, el escritor del Codex Calixtinus, no la pudo ver porque aún no existía, por tanto en su libro no hay referencia a ella. Esta magnífica obra fue construida, después del viaje de Aymeric, bajo la dirección de un artista del que se conoce el nombre, el maestro Mateo.
El Pórtico
El pórtico de la Gloria muestra la transfiguración del Señor rodeado de profetas y evangelistas.
A su alrededor una orquesta de músicos, un conjunto de veinticuatro maestros, con instrumentos tan precisamente labrados que han sido, hoy en día, la base para su recuperación, tocan en su alabanza.
La escultura románica suele ser hierática, es decir, rígida y sin expresión. En el pórtico de la Gloria los gestos y los rostros no son así y muestran una gran expresividad, algunos hasta muestran felicidad y están risueños.
La seriedad del Señor es majestuosidad no exenta tampoco de expresividad. El conjunto además resulta armónico.
Podemos ver algo de color en la piedra ya que fueron repintadas en el año 1651.
Veremos a San Pedro, a Moisés, al mismo apóstol Santiago. En la columna central se refleja el árbol genealógico de Jesús, llamado el árbol de Jesé. En él los peregrinos han dejado su huella.
La protección
Como dije más arriba hoy no se puede tocar porque está vetado su acceso, pero durante siglos, los peregrinos, cumplían ciertos ritos y entre ellos el de apoyar su mano en ese árbol.
Era la muestra del cansancio acumulado, el triunfo de llegar, con el paso del tiempo y la repetición del gesto, la piedra muestra claramente una mano esculpida, no por el artista, sino por el desgaste de los millones que se han apoyado en el mismo lugar.
A los pies del árbol Daniel en el foso de los leones con sus bocas abiertas. Del otro lado de la portada un pequeño orante arrodillado de cara al altar. La leyenda dice que es un autorretrato del escultor. Es el Maestro Mateo.
Ver todos los detalles, comprender el conjunto, tomar el espíritu de lo que nos dice, requiere su tiempo, a veces muchísimo tiempo. Un poco más abajo te describo, brevemente, lo que hay.
Otras cosas que verás
La Catedral tiene sus partes y sus estilos. Desde el pórtico de la Gloria podemos ver las tres naves de arcos románicos de medio punto y el altar barroco, también detalles renacentistas. El sagrario del Siglo XVIII.
Bajo el altar, se puede visitar la cripta en la que se conservan los restos del Santo en una urna de plata. Existe un pequeño espacio para arrodillarse y orarle.
El conjunto, a pesar de los varios estilos que contiene, resulta armónico. Toma tu tiempo para visitar la catedral, también la iglesia que hay dentro del conjunto, otras iglesias de la ciudad. Santiago de Compostela requiere varios días solamente para tener una idea general de lo que contiene.
Hay visitas optativas, generalmente de pago a los tejados de la Catedral, a la Catedral en su conjunto, y hay una visita, con reserva previa, al Pórtico de la Gloria, a los andamios. Esta es gratuita, la ofrece la Fundación que financia los estudios que están en curso para analizar el estado del Pórtico de la Gloria.
¿Qué verás en el Pórtico de la Gloria?
En el arco del centro
Cristo mostrando sus llagas
Santos:
Lucas escribiendo en el toro
Juan escribiendo en el águila
Marcos escribiendo en el león
Mateo, alado, escribiendo
Ángeles
Elegidos
Los veinticuatro ancianos del Apocalipsis
En la columna central
Un capitel con las tentaciones de Cristo en el desierto
Una estatua sedente del apóstol Santiago con un báculo acabado en Tau
El árbol de Jesé
Una mano fruto del apoyo de los peregrinos
Daniel en el foso de los leones
Animales monstruosos (en el derecho, a gatas, e.rey Nabucodonosor)
En el arco de la izquierda
Cristo descendiendo al limbo
Adán, Noé, Esaú, Jacob
Las diez tribus de Israel cautivas
En las columnas de la izquierda
Moisés, Profeta Isaías, Profeta Daniel, Profeta Jeremías, Profeta Habacuc, Profeta Ezequiel, Profeta Malaquías
En el arco de la derecha
Cristo Juez
Arcángel San Miguel
Los Justos
Y los condenados
En las columnas de la derecha
Santos:
Pedro
Pablo
Santiago
Juan
Mateo
Santiago el menor
Bartolomé
Tomas
Los Ritos de los Peregrinos
Los ritos de los peregrinos han ido cambiando a lo largo de la historia. En la edad media, durante la construcción de la catedral y de sus ampliaciones el peregrino aportaba lo que podía, tanto como en forma de piedras, cal, yeso, o cualquier material de construcción que él acarreaba, como penitencia, desde su casa o desde algún lugar en la ruta.
Al llegar a Lavacolla aprovechaban el río para lavar la ropa y llegar más o menos presentables a Santiago. Sin embargo al llegar a la catedral, en las terrazas de la cubierta, había una hoguera en la que se quemaban las ropas y se les entregaban otras nuevas donadas por instituciones o benefactores. Así se intentaba mejorar la salubridad, evitando los parásitos y las enfermedades.
Si visitas los tejados verás la Cruz de los Farrapos que era donde se quemaban las ropas viejas.En el mismo sentido es por lo que se quemaba incienso. El Botafumeiro actual es el resultado de intentar eliminar el mal olor que portaban los peregrinos. Éstos tenían derecho a pernoctar en la catedral varias noches por lo que el mal olor era algo común.
La participación en misas, en vigilias, en procesiones, es decir, en actos religiosos de todo tipo reducía pecados o tiempo en el Purgatorio por lo que el peregrino participaba en todo lo que estaba a su alcance durante su estancia en Santiago.
Podríamos enumerar muchas de las costumbres o ritos de los antiguos peregrinos, al siglo XXI han llegado algunos, unos son propiamente aquello que debe hacerse, otros claramente son fruto de supersticiones. Si peregrinamos en Año Santo lo que haremos será entrar a la Catedral por la puerta del Perdón, solo abierta en esos años. En cualquier año querremos abrazar al Santo, visitar la cripta, rezar en la Catedral, y asistir a la misa, si es posible a la misa del peregrino.
Como certificado de nuestra peregrinación conseguiremos la Compostela en la oficina de acogida al Peregrino.
Supersticiones, algunas muy agradables, son:
Poner cruces con ramas o arbustos en las mallas que se encuentran en el Camino, por ejemplo en lo alto de los Pirineos o a la salida de Logroño.
Apilar piedras en el Camino, por ejemplo sobre los mojones que indican los andaderos o las distancias kilométricas a Santiago.
Poner piedras u otro objeto en la Cruz de Ferro.
Hacer flechas en los cruces con piedrecillas o ramas para indicar mejor la ruta.
Dejar mensajes de ánimo con piedras.
Poner la mano en el árbol de Jesé al llegar a la catedral de Santiago. Hoy no se puede.
Darse tres cabezazos con la cabeza del maestro Mateo para que nos transmita su inteligencia. Hoy no se puede.
Dar vueltas al árbol de Jesé.
Meter las manos en las fauces de los leones. Son los respiraderos de la iglesia de Santiago el Menor que está debajo de la Catedral de Santiago, el Mayor. Hoy no se puede.
Como puede comprenderse una vez vallado el contacto directo con el pórtico de la Gloria algunos de estos se han hecho inviables.
La razón que ha llevado a las autoridades a vallar el acceso táctil al pórtico de la Gloria es el de la conservación de éste ya que la erosión producida crece con el aumento del número de peregrinos.
¡! BUEN CAMINO PEREGRINO ¡!
¡! ULTREIA ET SUSEIA ¡!